sábado, 27 de julio de 2019

TRASFONDO

La guerra devasta el mundo centinela de Vigilus. A pesar de estar asediado por un ¡Waaagh! Ork y el alzamiento de un Culto Genestealer, su ubicación crucial en la entrada del Guantelete de Nachmund lo vuelve un recurso de valor incalculable para el Imperio, y sus habitantes lucharán hasta el último hombre para defenderlo. Pero esta resistencia puede costarle muy cara al Imperio, pues además de todas las miserias del planeta, ha empezado una invasión del Caos, ¡Liderada por un caudillo que afirma ser el heraldo del mismísimo Abaddon!

​Pasados los meses, con el fuerte impacto de las fuerzas xenos y caóticas golpeando Vigilus, la situación se vuelve cuanto menos, crítica y la guerra sigue devastando el mundo centinela de durante largo tiempo más. La lucha está a punto de alcanzar cotas mucho más altas. El temido Señor de la Guerra en persona, Abaddon el Saqueador, ha llegado encabezando una inmensa flota del Caos. Incluso el genio estratégico de Marneus Calgar se verá forzado hasta sus límites para asegurar la supervivencia del planeta, pues la Legión Negra ha condenado incontables mundos a la esclavitud y la muerte.​

Y en medio de esta vorágine, el más florido y próspero de todos los continentes artificiales, Mortwald, lucha su propia guerra tratando de evitar la entrada del velociwaaagh Orko a la Ciudad Colmena Imortalis. Liderado por el Caudillo Orco Zarkrok Ruedamucho, durante largo tiempo sus Orkos se han estrellado contra la férrea la línea de defensa de los batallones de los Nobles Ventrillianos destacados en los puestos de defensa al Sur de la Colmena.

La victoria mantuvo el ánimo de la ciudad exultante, festejando cada victoria contra el enemigo Orko. El Gobernador de la Ciudad Arius Mesk preparó una gran celebración en los Jardines del Palacio de la Paz para conmemorarlo. Uno de sus invitados, el propietario de las industrias de productos de rejuvenecimiento Telos, aprovechó la misma para anunciar que debido a la escasez de suministros provenientes de otras Ciudades Colmena de Vigilus había decidido aumentar los costes de sus tratamientos para burlar la muerte, dejando de ser asequibles para el público general.

Este anuncio indignó profundamente a las clases modestas de la ciudad y preocupó tanto al Gobernador como a muchos de sus camaradas, que veían en aprovechar la desgracia de Vigilus en beneficio propio un acto mezquino. La falta de presencia militar (Mas allá del Adeptus Arbites) hizo que el alzamiento de los bloques de viviendas Alfa-Beta-Gamma-Delta fuese brutal y masivo a pesar de las ejecuciones por rebelión. Fue uno de los trabajadores de las propias industrias Telos, Margon el Alzado, quien movilizó a todos los Alzados en su escalada de violencia.

Hubo quien empezó a sacar provecho a la situación saqueando los distritos comerciales, destruyendo los suministros de luz de la ciudad. El objetivo de Margon era dar con el propietario de las Industrias Telos y ejecutarlo. Su sed de venganza, su odio y la violencia que demostraba contra todo quien se oponían, terminó generando bandos entre los propios Alzados, hasta que finalmente el magnate fue sacrificado en la Colina del Ahorcado. Y a las entidades cósmicas que se encontraban asaltando el planeta les pareció una ofrenda que merecía ser escuchada.

La 202 de Nobles Ventrillianos fue obligada a volver del frente cuando se pidieron refuerzos para controlar la revuelta, a duras penas los Arbitradores podían resistir el empuje de los Alzados, escalados como la pólvora empujada por los poderes desconocidos (y oscuros) que se deleitaron del sacrificio. Para cuando los Ventrilianos pudieron desplegarse en el antiguo cuartel del 122 de Cadia, la ciudad había dejado de estar bajo su control. El Gobernador Arius Mesk había sido asesinado y su hijo se había atrincherado en el Palacio de la Paz escuchando los consejos de una fuerza desconocida que le defendía de los Alzados, mientras la ciudad ardía. Para colmo, se enviaron dos escuadras de punta de lanza de la Guardia de la Muerte, que se aseguraron que la ciudad había caído completamente y que sería entregada al Caos y reclamando para sí todos los Alzados (e incluso aquellos que le habían dado la espalda).

La llamada desesperada del Coronel del 202 Amadeus Ferral, al mando Imperial solicitando refuerzos llegó a la par que las fuerzas Orcas del velociwaag Zarkrok Ruedamucho que habían roto la línea de defensa. Ahora múltiples fuerzas se encontraban en la ciudad, dispuestos a arrasarla, a someterla o a defenderla.

Este es el relato de su destino y su desenlace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario